Vistas panorámicas impresionantes, acceso a un spa completo, piscina exterior cuidada

La ubicación en una colina resulta agotadora para regresar al hotel, el servicio del bar piscina es inconsistente, el wifi es lento en algunas áreas, y la limpieza de la habitación necesita mejorar!!!

Las vistas panorámicas son impresionantes.

Desayuno buffet increíble y spa muy bien, pero el colchón era incómodo.

volvería

Estuvimos 3 noches en una habitación clásica con vistas a la montaña. Las instalaciones son súper completas, hay un spa increíble con tratamientos como masajes y sauna. El buffet del desayuno fue variado y delicioso, todo muy bien presentado. Las vistas a la bahía son espectaculares desde la habitación y las zonas comunes. Me encantó el jacuzzi y la piscina interior, todo limpio y bien mantenido.

una experiencia mayor a la esperada

La comida buffet fue increíblemente buena, superando mis altas expectativas. Además, el Spa ofreció tratamientos que me dejaron completamente renovado, y la limpieza del hotel fue notable en cada rincón.

El espacio en el armario podría ser más amplio.

La habitación con vistas al mar era impresionante, y todos los detalles como los bombones dejados diariamente hicieron la estancia especial. La piscina siempre estaba limpia y el ambiente era genial, con conciertos en vivo todas las noches. Sin embargo, el desayuno necesitaba más atención en la calidad, y los horarios de cena no se adaptaron a nuestros planes, lo que fue un pequeño inconveniente.

De verdad que lo aconsejo para un buen descanso

Preciosas vistas, instalaciones limpias, el hotel contaba con un gimnasio completo y una piscina exterior muy cuidada que me permitió relajarme después de un día de exploración, además, está ubicado a solo 25 km del aeropuerto, lo que facilitó mi llegada.

Nada que no me haya gustado.

La habitación clásica con vista a la montaña me pareció amplia y moderna. Tenía unas vistas increíbles desde la ventana, lo mejor de despertarse así. Todo estaba muy limpio y ordenado, pero eché de menos un poco más de espacio en el armario para mi ropa. Los detalles como los bombones diarios fueron un buen toque, pero la calefacción no funcionó bien. En general, fue una experiencia bastante buena, aunque podría mejorar.

Las áreas comunes eran elegantes y estaban decoradas con gusto, con un ambiente acogedor que hacía la estancia muy placentera. Además, la accesibilidad se notó, gracias a las rampas en cada entrada, facilitando nuestros desplazamientos.

Sillas más cómodas serían deseables para el descanso.

El hotel tiene unas vistas impresionantes de Funchal, especialmente desde la piscina en la azotea. La habitación, amplia y luminosa, con una terraza que amplifica la experiencia, se complementa con un minibar bien surtido. La limpieza fue impecable en todas las áreas, tanto en la habitación como en las zonas comunes. El desayuno tuvo una buena variedad, aunque me habría gustado más opciones de bollería y un zumo de naranja natural. La piscina interior es un buen complemento, pero el acceso tiene un coste adicional, lo que puede ser un poco frustrante. Un detalle que me desanimó fue la organización de las toallas en el spa. había que esperar y no siempre había disponibilidad. Fue incómodo esperar por un servicio cuando buscaba relajarme. Los camareros en el bar parecían interesados, pero a veces la atención era inconsistente. noté que había problemas con la calefacción, lo que no fue ideal en algunas noches. En general, el lugar tiene mucho potencial, pero hay área que necesitan mejorar para hacer la estancia aún más agradable.

Este lugar me queda perfecto. Ofrece todo lo que necesito, como wifi y una piscina increíble. Recuerdo que en mi primera estancia, el personal me ayudó con un check-out tardío. ¡Recomiendo el masaje en el spa! Volveré para una escapada romántica.

La habitación clásica con vista al mar, amplia y moderna, proporcionó una experiencia increíble al despertar con vistas a la costa. Detalles como el pack de bienvenida con vino y la TV personalizada, son toques que marcan la diferencia.

La limpieza diaria dejó que desear y la ropa de cama resultó incómoda. además, el armario tenía poco espacio para la ropa. En cuanto a la cocina, los utensilios eran escasos para una estancia prolongada y, curiosamente, la calefacción no estaba funcionando. En el spa, tomar fotos se sintió incómodo y la sauna estaba muy ruidosa, lo que no contribuyó a un ambiente relajante.